Un aliado para la salud y la belleza: la palta (aguacate).

El árbol de la palta o aguacate, (Persea gratíssima o americana), es de origen milenario en México y América Central. El nombre del fruto, aguacate, viene de la voz náhuatl, idioma hablado por los aztecas, ahuacatl, que significa testículo, tal vez queriendo identificar su particular forma. Los primeros españoles que llegaron a América lo llevaron a España ilusionados por su fama de fruto afrodisíaco y le llamaron “pera de las indias”.

Es muy rica en vitamina E, indispensable para una sana vida sexual y la fertilidad, de ahí tal vez su relación con lo femenino y su prestigio como alimento estimulante de la libido. Además de poderoso antioxidante estabilizador de las membranas celulares y neutralizador de los radicales libres causantes del estrés oxidativo celular (envejecimiento, enfermedades degenerativas, cáncer) (ver artículo anterior “El vino chileno…”).

Cada porción de palta, alrededor de 100 gramos, equivale en calorías a 50 gramos de pan, a un plato de fideos, a un plato de ensalada de tomate y zanahoria con aceite, o a un huevo relleno, pero en ninguno de estos ejemplos se alcanza el valor bioenergético de este vegetal. Esta fruta tiene un valor nutritivo semejante a una porción de carne. Su pulpa es una fuente incomparable de energía y valiosos nutrientes: agua, proteínas, grasas, azúcares, fibra, vitaminas A, B, C, D, E, calcio, magnesio, potasio, hierro, fósforo. Pobre en sodio, es recomendable para los enfermos de presión alta y del corazón. Potencia la inmunidad y realiza un suave efecto laxante. Su valor energético es alto comparado con otros vegetales, 160 calorías por cada 100 gramos de pulpa, y se debe al elevado contenido en grasas.

En cuanto a las grasas, éstas son del tipo monoinsaturadas; el 72% del total de grasas es ácido oleico, característico del aceite de oliva. Pero el aceite de palta es de mejor valor nutricional que aquél. Asimismo, todo el aceite que contiene la palta es  asimilable en su totalidad, no contiene colesterol y, por el contrario, la ingestión regular de palta favorece el balance positivo entre el llamado «colesterol bueno» (HDL) y el llamado «colesterol malo» (LDL), lo cual previene efectivamente los accidentes cardiovasculares (infartos y derrames cerebrales).

La cáscara de la palta permite confeccionar un laxante casero de mucha utilidad para aquellos de digestión lenta y con síndrome de colon irritable que cursa con estitiquez: se toman 10 gramos de cáscara y 1 litro de agua, se hierve por 5 minutos, se cuela la infusión así obtenida y se toma la mitad en ayunas y la otra antes de acostarse, durante 5 días. El procedimiento se puede repetir unas 2-3 veces por mes.

Recientemente se ha comprobado que la palta es el vegetal que contiene más CARNITINA, una sustancia que estimula el apetito, por lo cual es muy recomendable para los adolescentes y personas delgadas que deseen subir de peso.

Otras propiedades, relacionadas con la cosmética y la belleza, pueden encontrarse también en el aceite, el que se obtiene del hueso de la fruta. Este aceite tiene cualidades suavizantes que ayudan a reducir la aparición de las arrugas y tiene la capacidad de penetrar la piel más rápido que ningún otro aceite vegetal. Una máscara de pulpa de palta dejada por 20 minutos ayuda a hidratar la piel y reduce las arrugas. Se ha empleado también para atenuar las lesiones de la psoriasis y la caída del cabello.

Un deleite para el paladar, así es catalogado por muchos el aceite de palta. Un producto de calidad que espera conquistar el mercado nacional e internacional y convertirse, por qué no, en un símbolo de la Quinta Región, debido a su destacada participación en la plantación de paltos a nivel nacional. Concentrando las mejores propiedades de la palta, el aceite es una alternativa gastronómica excelente  que entrega interesantes beneficios extras para la salud.

Vuelve por sus fueros la clásica palta reina, y a las once, el sabroso pan con palta. Ahora sí que sabemos valorar mejor los beneficios de contar con ellos.