Comelibros 2021.

Año complicado de pandemia. El terror no ha pasado, pero al volver a trabajar se redujo el tempo de lectura libre del año anterior. Pero igualmente muchas páginas fueron devoradas con la fruición habitual. La lectura es uno de los placeres que no puedo dejar de lado y, aparte de la entretención que me entrega, educa mi intelecto.

En enero terminé La Agonía y el Extasis, de Irving Stone, la vida de Miguel Angel en un dramático relato de la fecunda creación de uno de los más grandes renacentistas durante 90 incansables años. La Dama del Lago (E), de Raymond Chandler, imposible no leerla en tres días, me quedé pegado, Marlowe resulta tan adictivo como Poirot. Alienígenas Chilenos, de Francisco Ortega, resulta interesante, aunque con un epílogo fuera de contexto.

En febrero, el mes se pasó leyendo La Hermana Pequeña(E), de R. Chandler, otra de Marlowe con toques de Hollywood, estrellas de cine y la maffia, El Impresor de Venecia (E), de Javier Azpeitía, graciosa novela de época con las desventuras de un impresor en la era del amanecer de la imprenta y el ardor religioso de la Italia del siglo XVI. Arsenio Lupin y la Aguja Hueca(E) , de Maurice Leblanc, motivado por la serie de Netflix que me hizo buscar las novelas de Lupin.En verdad, son inquietantes aventuras protagonizadas por un antihéroe al estilo de Cagliostro.

En marzo, El Pez en el Agua, memorias de Mario Vargas Llosa, es la apasionada versión de una crónica política del laureado escritor peruano. Su aventura electoral y los recónditos círculos de la trastienda política universal, porque el Perú sólo aparece aquí como una muestra más de fenómenos generalizados. La Condesa de Cagliostro (E), otra de Leblanc y Lupin, primera novela de la saga, aunque escrita mucho después. Sobre la Amistad (E), de Cicerón, para variar un poco entrando en la obra de un filósofo antiguo que parecía conocer profundamente al hombre.

En abril. consumí todo el mes en leer El Kilim de la Princesa (E), último libro de la saga sobre el Grial de Peter Berling. Lo encontré algo confuso y con poca relación con los otros libros anteriores. Ya en mayo volví a trabajar y se redujo el tiempo disponible para leer. El Rey del Salitre que Derrocó a Balmaceda, de Guillermo Parvex, me impresionó como un gran documento de valor histórico. Sobre Héroes y Tumbas, de Ernesto Sábato, encontré aquí un duro relato sobre una realidad medio mágica en la Argentina peronista.

Junio empezó con Demonio, última novela policial de Roberto Ampuero, basada en la realidad chilena actual, cruda y veraz, un verdadero documento acusatorio y revelador. Para liberarse un poco, Arsenio Lupin, Caballero Ladrón (E), de M. Leblanc, serie de aventuras cortas de este genial ladrón casi invencible, caballeroso y formal. El Largo Adiós (E), otra de R. Chandler y Marlowe. Los meses de invierno pasaron leyendo El Príncipe de la Niebla (E), primera novela de Carlos Ruiz Zafón dedicada a un público juvenil, algo ingenua, bien escrita. Buena para conocer sus comienzos como escritor. Playback (E), de Chandler, trajo al duro Marlowe otra vez a escena. Pasando un poco a lo cultural, Mitología Clásica, de A.R.Hope Moncrieff, fue un remanso intelectual en un tema siempre apasionante.

En Agosto, El Libro de lo Inexplicable, de Jacques Bergier, fue un tema de re-lectura. Es interesante saber cómo fueron explicadas posteriormente algunas evidencias insólitas encontradas en la tierra. Luego, en Septiembre, El Angel de la Oscuridad, de Caleb Carr, puso los nervios de punta en esta continuación de El Alienista. Ya en Noviembre, El Café, de Marc Pendergrast me entregó algunas claves para entender la historia de la comercialización del café y la guerra comercial en torno al grano mágico. Continuamos con Rebelión en la Granja, clásico de George Orwell ilustrando la historia de las tiranías y de los regímenes totalitarios. Los dos últimos relatos de Marlowe, El Confidente y El Lápiz, terminaron con la saga de R. Chandler.

Diciembre terminó con Joaquín Barañao y sus excelentes libros Historia Universal Freak I-II. Muy ilustrativas, entretenidas, curiosas y sorprendentes anécdotas en medio del devenir del mundo.

Fueron 26 textos, suficientes para decidir nombrar al año como bien leído. Feliz Año 2022.

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